Mi nombre es Francisca, matrona de profesión, partera de alma y espíritu.
El 30 de diciembre del 2021 fue mi último día trabajando luego de renunciar a un sistema en el cual estuve por 6 años pero que nunca me sentí cómoda ni perteneciente. Y así es la vida, un vuelo hermoso donde a veces llegamos a lugares que no nos gustan pero que nos enseñan a seguir volando y persiguiendo sueños y metas.
Inicié este viaje de Parteras del Mundo en mayo del 2022, y desde ahí soy otra mujer, y es que eso es lo lindo de la vida, somos seres en constante cambio, evolucionamos, nos transformamos, nos adaptamos y comenzamos a pertenecer.
Nunca encajé mucho en el sistema hospitalario. Todo es tan protocolar, tan intervenido, puerperios tan poco respetados e invisibilizados siendo que es algo igual de sagrado que la gestación y el parto.
Por lo mismo renuncié. Renuncié al sistema y a una estabilidad económica y laboral. ¿Costó? claro que sí, pero ¿era feliz? no, y si algo he aprendido de esta vida, es a siempre irnos de los lugares donde no somos felices ni nos sentimos pertenecientes, y a veces la incomodidad nos salva de esos espacios.
Este proyecto es un sueño realizado y que seguirá realizándose día a día, dándonos voz a todas esas poderosas mujeres que acompañamos a otras tanto en su salud sexual y reproductiva como en otros procesos los cuales el sistema jamás nos ha acompañado, desde un acompañamiento basado en el amor, la paciencia y la medicina ancestral.
Seguiré trabajando desde el amor, en constante cambio y evolución, para ir adaptándonos a las nuevas necesidades de cada mujer, adecuándose a nuevos tiempos, rompiendo patrones que nos inculcaron a favor de un sistema que nos oprime y nos silencia.